miércoles, 24 de abril de 2013

Qué opina la Generación ‘Y’ acerca del trabajo?

Recientes investigaciones llevadas a cabo en América Latina con miembros de la llamada Generación “Y” revelan ciertos indicadores sobre lo que piensan acerca de ítems como el trabajo. Datos que pueden ser de gran importancia para el área de RRHH de las empresas donde éstos se desempeñan. En primer lugar, si bien se resalta que los jóvenes reciben como herencia la idea del esfuerzo y el sacrificio como valores centrales, encontramos que al pensarse en relación a sus pares, sus valores cambian hacia elementos más afectivos y lúdicos como la sinceridad, diversión, compañerismo y fidelidad. Esto es importante, ya que en el proceso de crecimiento y separación de su núcleo familiar, sus referentes más cercanos pasan a ser sus pares y amigos. De ahí que ese cambio de valores deba incorporarse en la cultura del trabajo promovida desde la empresa, y deba ser planteado en la comunicación de la oferta generada desde el área de RRHH. Luego, encontramos que para los jóvenes entrevistados es muy importante la realización y el desarrollo personal y profesional. En segundo lugar, ven al trabajo como una actividad de aplicación y generación de conocimientos, es decir no solo es un medio para recibir un sueldo sino que primero aparece como un medio para desarrollar capacidades, y sólo en tercer lugar aparece como objetivo lograr una compensación salarial. Y el mejor trabajo es Un aspecto muy interesante y que confirma este estudio y el punto anterior en particular, es que la buena remuneración aparece como un aspecto importante sólo para el 8% de los encuestados, es decir la remuneración por la labor realizada recién aparece en el cuarto puesto de la escala de valores surgida en esta investigación. Dentro de las características del trabajo ideal, en cambio, la Generación “Y” valora principalmente contar con un buen clima laboral y una proyección profesional a futuro. También, de forma alineada con lo que definen como trabajo, es importante para ellos sentir satisfacción/placer con la tarea que realizan en el día a día dentro del ámbito laboral, donde pasan muchas horas de su vida. A tener en cuenta y tomar nota: los beneficios más valorados que puede ofrecerles un trabajo son ascensos, promociones y beneficios remunerativos, flexibilidad horaria y capacitación constante. Se aprecia también que una empresa esté comprometida socialmente, sea responsable con el medio ambiente y cuide sus recursos humanos. En un importante tercer puesto, con la coincidencia del 18% de los encuestados, aparece el orgullo que pueda brindarles el reconocimiento nacional e internacional de la empresa. En cambio, del otro lado tenemos las características que menos se toleran de un trabajo y justamente son las inversas a las nombradas: un clima laboral hostil, la monotonía de una rutina sin grandes desafíos y la falta de reconocimiento. También se mencionan la presión laboral excesiva y el autoritarismo e intolerancia. Si estas cosas ocurren, hay una gran posibilidad de que los candidatos abandonen el trabajo. En síntesis: para retener a los empleados de la Generación “Y”, el área de Recursos Humanos de cada empresa debe apuntar a garantizarles, en principio, un buen clima de trabajo así como un reconocimiento profesional y personal, previniendo cualquier tipo de abuso del poder o de hostilidad laboral. Cabe señalar que además, este es un grupo que necesita desafíos, por lo que les resulta interesante que la empresa les ofrezca un entorno de crecimiento mediante retos profesionales. Natalia Gitelman Socia de Datos Claros

Autopromoción

Management para vivir mejor: El coaching y el marketing personal son la nueva autoayuda; cada vez más libros y cursos proponen estrategias empresariales para afrontar situaciones cotidiana En el aeropuerto de Carolina del Norte, antes de subirse al avión que la traería de vuelta a Buenos Aires, Sylveen Duggan compró cinco libros, entre ellos, uno que llamó su atención por el título: El poder de mantenerse enfocado , de Jack Canfield. Eran tiempos de crisis personal y andaba en busca de un cambio. Galopó por el libro durante cuatro horas. "Programarse la cabeza." "No perder el foco." "Ponerse objetivos, alcanzar metas." Tanto le quedó dando vueltas que, al poco tiempo, cuando se cruzó con un cartel en Martínez que promocionaba un curso llamado "Confianza Total" no dudó en inscribirse. El primer día se sorprendió a sí misma rodeada de empresarios que seguramente buscaban aprender esas técnicas para aplicarlas a su desarrollo profesional. Y ella ahí, un ama de casa que se dedicaba a cuidar a sus tres hijas, haciendo tortas en casa... Ese taller lo sobrevivió como pudo. Pero luego llegó otro donde tocaron el tema de las "creencias limitantes" y comprendió que creer que lo suyo era sólo cuidar de sus hijos resultaba extremista. Se dio cuenta de que necesitaba trabajar. Ese curso lo tomó en septiembre, hubo otro en octubre, hasta que llegó al cuarto. Y esas técnicas, que evidentemente les servían a empresarios y profesionales, las empezó a aplicar en su vida: identificó propósitos, superó miedos, aisló problemas, armó check-lists con plazos determinados, como hacen en las empresas, incluso ideó un plan de negocios y hasta concibió su propia empresa, The Cupcake Factory BA, sin dejar de lado sus ocupaciones domésticas. Para ella fue el curso ideado por Verónica y Florencia Andrés. Para otros, que quieren potenciar sus recursos a través del marketing personal, será El mejor negocio eres tú , de Reid Hoffman -uno de los creadores de LinkedIn- y Ben Casnocha. Para quien desee ampliar su red de contactos, la adaptación a nuestros tiempos del clásico de Dale Carnegie Cómo ganar amigos e influir sobre las personas en la era digital puede resultar su oráculo personal. Y para otros que busquen la eficiencia en su vida diaria el cambio vendrá a partir del método A, B, C, D, E del autor Brian Tracy o los 18 minutos que propone Peter Bregman. Libros convertidos en fenómenos editoriales y seminarios con récord de asistencia que traen estrategias y técnicas del mundo del management o de otras disciplinas para aplicar a la vida personal en las situaciones que se presentan en lo cotidiano. ¿Una nueva corriente dentro de la autoayuda? ¿Herramientas para la transformación personal? ¿Pragmatismo importado? Diferencias conceptuales de lado, todos apuntan a un mismo fin: vivir mejor y ser feliz. Verónica de Andrés y su hija Florencia, autoras del best seller argentino traducido a varios idiomas Confianza Total y próximas a publicar Desafiando imposibles, empezaron trabajando en el mundo de la educación con un fuerte interés en todo lo relacionado con el cerebro: desde cómo se aprende hasta cómo desarrollar nuestro potencial o nuestra autoestima. Luego, ese campo de trabajo se fue ampliando hasta llegar al mundo de las empresas y terminar abriéndose al público en general, un abanico tan grande que hoy incluye en sus cursos y seminarios a jóvenes, adultos, padres, empresarios o maestros. Por Fernando Massa | LA NACION

No todo lo que reluce es oro?

Es, en principio, desconcertante que la flamante CEO de Yahoo!, Marissa Mayer, haya decidido eliminar el teletrabajo en una de las empresas más notorias de Internet. Su CV incluye una exitosa trayectoria en Google, donde tampoco los empleados trabajan en sus casas, sino que concurren a un lugar común, repleto de atracciones y libertades, invirtiendo los términos de la ecuación. Algo así como crear un ambiente donde cada uno se sienta como en su casa, excepto aquello de andar ambulando y sentarse frente a la computadora en pijama. Marissa Mayer tiene otros antecedentes que la ubican en una posición bastante poco convencional, a pesar de ser considerada una súper geek (fanática de las nuevas tecnologías) de 37 años. Basta señalar alguna de sus declaraciones: "No creo que el agotamiento ocurra por la falta de sueño o por no hacer suficientes comidas adecuadas. Creo que el agotamiento proviene del resentimiento. Es posible que trabajes demasiado, pero tienes que descubrir qué es lo que necesitas realmente para mantenerte activo, con energía, para no volverte resentido". Para algunos, la eliminación del teletrabajo en su compañía significa un retroceso, pero el comunicado que difundió Mayer a través de la responsable de Recursos Humanos, Jackie Resses, intenta explicar los fundamentos: "La comunicación y la colaboración son fundamentales, así que debemos trabajar codo con codo, y por este motivo es crítico que estemos físicamente en la oficina. Algunas de las mejores decisiones se toman en las cafeterías o por los pasillos. Velocidad y calidad se sacrifican a menudo cuando trabajamos desde casa. Necesitamos ser un solo Yahoo! Eso empieza estando físicamente juntos". Tal parece que, hasta ahora, la nueva CEO no se equivoca en sus decisiones, porque desde que asumió su función, a mediados de 2012, la compañía logró incrementar sus ingresos un 0,04% más que en el año anterior, luego de cuatro años sin crecimiento. Entre otras medidas desechó activos para aumentar la liquidez y se desprendió de más de 2000 empleados. La suspensión del teletrabajo, en una empresa como Yahoo! y decidida por una CEO de 37 años, debería descartar el prejuicio de que se trata de un viejo reflejo de modalidad de producción, inspirado en las prácticas taylorianas de principios del siglo XX. Todo lo cibernético está inmediatamente teñido de modernidad y actualización, más allá de los resultados. Una de las interpretaciones es que el teletrabajo se situó pensando más en el empleado que en el empleador. Es cuestión de sacar cuentas, pero las razones de Mayer no dejan de ser atendibles y se refieren a la comunicación. Curiosamente, hay una revaloración de las conversaciones de pasillo y las charlas de café, colocándolas como medio eficaz para generar nuevas ideas y trabajo en equipo -codo a codo, como dice el comunicado-, esto es, lugares específicos donde el simple hablar de uno con el otro es una tecnología imprescindible que lleva muchos siglos de vigencia. Sugiere, por lo tanto, que la relación personal, físicamente presente, tiene una riqueza que queda abrumada, en el sentido original del término, por las nuevas tecnologías y, por lo tanto, desplazadas. Una vez más, nos enfrentamos a un problema que no tiene nada de simple. La opción del teletrabajo depende de los objetivos y las actividades de cada posición en la totalidad de la empresa, donde aquellos, los objetivos, deben estar sintonizados casi a la perfección. Por Jorge Mosqueira | LA NACION